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Muchas empresarias optan por hacer citas de negocios a la hora del almuerzo. Y es que son especialmente convenientes cuando se trata de conversar sobre temas específicos o cuando el objetivo es ganarse la confianza de un cliente potencial. Asimismo, permiten llevar a cabo una reunión sin ocupar otros momentos productivos en la agenda.

Sin embargo, este tipo de eventos implica distintas paradojas: es una cita seria y al mismo tiempo muy humana, formal e informal, puede ser incómoda o bien, completamente confortable. Eso sí, una comida negocios no sólo es cuestión de negocios. A continuación, algunas recomendaciones:

Invitación. Para fines prácticos hay que asumir que no conoces a la persona con la que concertaste la cita pero necesitas algo de ella, ya sea dinero, formar una alianza o firmar un contrato. En este ejemplo, tu convocaste la reunión y eres quien presentará la oferta o realizará alguna propuesta. Recuerda que no siempre debe haber una comida de por medio, ya que muchas veces la comida es un elemento más cercano a la idea de compartir para hacer negocios. Por lo que, con base en el objetivo que tienes en mente, aprende a valorar cuál es el momento adecuado para extender una invitación a alguien.
Lugar. Antes de extender una invitación, es importante elegir el lugar, este tiene que ser un lugar que esté en una ubicación conveniente para la otra persona, o por lo menos, en un punto intermedio. El mensaje es claro: tu contraparte debe sentir que eres atento y te preocupes por su comodidad.
Tiempo. Como última recomendación es llegar unos 10 minutos antes a la cita para que cuando tu contraparte llegue sienta que estás interesado y que ya lo estás esperando antes de lo pactado.

Aprovecha estas reuniones de trabajo para ganarte la confianza del otro y lograr metas en común. Es un momento para desarrollar la relación, más que para hablar sólo de negocios.

¿Habías tenido de estas reuniones anteriormente? ¿Te han funcionado?