Por qué usar una tarjeta de crédito empresarial

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Foto crédito: Flickr.com (Creative Commons)

¡Aprovecha esta herramienta para obtener tasas de interés más competitivas y lograr más control sobre los gastos!

Entre tu hogar y tu negocio siempre debe existir una  frontera. Y par a tu tarjeta de crédito personal, la que usas para atender necesidades familiares (despensa, entretenimiento, servicios médicos, etc.), esta división también debería ser inviolable.

Toma en cuenta que cuando utilizas tu tarjeta para solventar gastos de negocio (pagar gastos proveedores, comprar insumos y hasta cubrir la nómina), corres el riesgo de meterte en situaciones complicadas. Por ejemplo, no poder usar tu tarjeta de crédito personal para atender una emergencia médica en la familia, porque tu límite de financiamiento se ocupó en adquirir mercancía para la negocio.

Debido a los beneficios que brindan, las tarjetas empresariales son una buena opción para tu negocio. Sin embargo, como ocurre con cualquier otra herramienta financiera, estas tarjetas implican una gran responsabilidades, que debes asumir con buenos hábitos y altas dosis de planeación y disciplina.

Si quieres usar una tarjeta empresarial, tu primer compromiso es separar las finanzas personales de las de tu negocio, es decir, que cada ámbito cuente con sus propios recursos y que estos se administren independientemente. Aunque las tarjetas son indudablemente útiles, quizás tu negocio aún no tiene la estabilidad necesaria para aprovecharlas al máximo. Las negocios con menos de dos años de vida y que todavía sufren para mantener un flujo constante de ingresos, deberían esperar un poco.

Cuando son bien aprovechadas, las tarjetas empresariales aportan beneficios que trascienden lo inmediato (tasa de interés accesible, promociones y control permanente de los gastos). 

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