Por ejemplo, cuando todo esto empezó, las redes sociales fueron una muy importante fuente de información clara e inmediata. 

De esta manera, surgió mucho más fuerte la importancia de las fake news y la responsabilidad de los medios de entregar información comprobada y veraz. A su vez, los usuarios nos hemos vuelto mucho más exigentes con el contenido que nos entregan, y más de una vez hemos visto personas dudando de lo que se publicó en alguna plataforma.  

Las redes sociales también se convirtieron más que nunca en un lugar para pasarlo bien. TikTok ha sido una de las plataformas más exitosas en esto y ni siquiera tenemos que ser usuarios para poder acceder a los millones de videos que se generan diariamente. De hecho, un estudio de Global Web Index determinó un importante aumento de visitantes a la red durante la segunda mitad de 2020.   

Este es un ejemplo de cómo el contenido social de ser pasivo, a activo, es decir, que los mismos usuarios creen contenido entretenido para compartir en sus comunidades. Porque que nos quedemos en casa no significa que no podamos seguir pasándolo bien.   

Por otro lado, en un mundo de aislamiento, las redes sociales se volvieron una forma de conexión. El hecho de que prácticamente todos tengamos un celular, se convirtió en una oportunidad de mantenernos cerca de las personas que queremos, y también con todo el resto del mundo que está viviendo lo mismo que nosotros.   

No hace mucho tiempo estábamos preocupados por la “desintoxicación” digital y cómo podíamos lograr disminuir las horas frente a las pantallas. Hace unos años nadie habría pensado que las redes sociales nos harían sentir menos solos, pero no cabe duda que en estos tiempos han ayudado a muchos a sentirse más acompañados. 

Así, podemos decir que con la pandemia las redes sociales por fin se convirtieron en realmente “sociales”.