Mujeres en el mundo de la pesca: un emprendimiento que crece

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Foto: Conapach.cl

23/6/15

Con un alto nivel de informalidad entre sus trabajadores, el mundo de la pesca es mayoritariamente masculino, aunque poco a poco las mujeres van ingresando a este ámbito y hay casos emblemáticos de mujeres han pasado toda su vida en la mar (como ellos dicen), desarrollando distintas labores.

Equivocadamente se piensa que la pesca es sólo extraer peces y mariscos del mar. Existe una variedad de actividades vinculadas a la recolección de productos marinos, cosecha del mismo (cuando se cultiva literalmente una especie) y también todas las tareas adyacentes como preparar las redes, mantener en buen estado los botes, etc.

Según los registros oficiales, menos del 10% de las personas inscritas en los registros pesqueros son mujeres. Pero la cifra es engañosa porque hay una alta presencia de mujeres en la pesca artesanal en que realizan labores en recolección de algas (algueras), como buzas, recolectoras, rederas, encarnadoras y fileteadoras. Eso sin contar todas las  mujeres que vemos a diario vendiendo los productos en caletas e incluso preparando deliciosos platos para los turistas y visitantes.

Las actividades de mujeres en el mar en general nacieron fruto de la necesidad y de la tradición. Sus familias se dedicaban a la pesca y extracción, y éste era su único sustento en que se comprometían todos sus integrantes y que muchas veces se heredaba el oficio a la siguiente generación.

Un caso emblemático en este ámbito,  es el de Zoila Bustamente, quien se desempeña como asistente de buzo en la caleta Estaquilla en Los Muermos, región de Los Lagos.

Zoila comenzó a trabajar en la mar  cuando apenas tenía 6 años acompañando a su padre en las labores de pesca de merluza en las proximidades de la isla de Chiloé, donde partía con su padre por uno o dos meses a trabajar.

Más tarde integró la tripulación de manera formal y ejerció distintas labores. Hoy también cumple un rol clave pues es presidenta de la Confederación Nacional de Pescadores (CONAPACH).

Más de 40 años ha estado vinculado al mar Zoila Bustamente y por eso no duda en decir que “la gente de mar es gente buena” y de destacar que “el mar provee de todo si uno trabaja”.
Comenta que siempre quiso estudiar electromecánica o ciencias políticas, pero la necesidad la llevo a desempeñar el mismo oficio que el resto de su familia. Hoy tiene una hija de 25 años que acaba de terminar la carrera de Turismo y Hotelería y si bien la ayuda en tareas de pesca, Zoila es clara en decir que ella determinará qué hacer con su futuro y si es seguir en el mar, bienvenido sea, si es estudiar otra cosa o dedicarse al turismo, también la apoyará, “y en todos los casos me sentiré muy orgullosa de ella”.

Recuerda que ha pasado “por las buenas y malas”, pasando por falta de recursos, perdidas familiares y  necesidad. Ahora  trabaja como “asistente de buzo mariscador, que es la persona que atiende al buzo y quien escoge los productos que van a ser comercializado”. En su caleta se extraen congrio, loco, erizo, lapa, picoroco y piure, entre otros.

En sus primeros años y tal como el resto de los pescadores fue nómade, recorriendo el país, siguiendo los  flujos de los peces. Pues la actividad marina es temporal y geográfica, es decir tiene una época en que se desarrolla tal especie en tal zona por ciertos meses o semanas, y luego debían emigran a buscar otra zona donde trabajar.

Hoy en cambio  trabaja en sola zona y es categórica en decir que “el área de manejo es de la organización” y “todos tenemos que estar pendientes de ella”. Esto porque la actual normativa de pesca establece que debe haber un control de la extracción de especies para evitar que un producto marino se pierda o escasee.
Indica que “ha sido complicado trabajar en este rubro, pero lo he sabido trabajar en conjunto, porque esa es una de las claves del mundo del mar, que es un trabajo de varios”.

En cuanto a la presencia de mujeres, señala que “hay muchas mujeres en distintos roles, hay armadores en Los Lagos y Los Ríos, pescadoras artesanales y algueras, encarnadora, filetadora, las que arreglan las redes. Hay muchas mujeres que son invisibles en este ámbito, porque hay prejuicio como que trae mala suerte o qué no saben hacer este oficio”. “La verdad es que de
a poco nuestros compañeros hombres  no has respetado, y  hoy hay mujeres que hacemos  igual o mejor el trabajo que ellos, y eso se reconoce”, afirma.

El mundo de la pesca es uno de los ámbitos de emprendimientos que puede desarrollar hoy cualquier mujer siempre se comprometa con este y esfuerce, porque como todo negocio tiene sus complejidades, pero también su reconocimiento.

 

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