Si bien todavía no ha alcanzado la absoluta equidad de género, por varias razones, Islandia podría ser el país que más se acerca. Una muestra de ello es la entrada en vigencia de una norma que obliga a los empleadores de esa nación, a pagar por igual, tanto a hombres como mujeres.

De esta forma, Islandia logró acabar con la desigualdad salarial de género (diferencias de sueldo entre un hombre y una mujer que realizan el mismo trabajo). Por otro lado y durante 9 años consecutivos ha ocupado el primer lugar, en el Índice Global de Brecha de Género (del Foro Económico Mundial) que mide el acceso a la educación, la esperanza de vida y la representación política.

Además, el país ha tenido una importante contribución al reducir la brecha de género. Por ejemplo, desde el año 2000, se otorgan nueves meses de licencia para quienes tienen un hijo: tres para la madre, tres para el padre y tres compartidos.

También, desde el 2013 hay una cuota de género que exige la presencia de mujeres, en las juntas directivas de las empresas. Por otro lado, en Islandia, el porcentaje de mujeres que trabaja llega al 83,2% v/s el 87,5% de los hombres. En tanto, las mujeres que asisten a la educación secundaria alcanza el 89,2%; porcentaje que incluso es superior al de los hombres que es del 86,3%.